POPAYÁN: CIUDAD DE PECADOS Y OFICIOS
Por: Rubén Darío Zúñiga G
Así mismo, sé de la historia de su “excelentísimo” hijo Guillermo León -presidente de la republica- pero no la del hombre que mientras se iba a cazar patos en una finca cercana a Popayán mandaba a reprimir los movimientos estudiantiles a punta de fusil, reprimía la ideología de la izquierda y dejaba que la violencia se recrudeciera en las zonas rurales del país.
También me han contado la historia de una ciudad religiosa que con fervor celebraba la Semana Santa de 1983 pero no la que menciona que cargueros de los pasos, borrachos se dedicaban a tomar aguardiente en el parque Caldas y parejas de enamorados hacían el amor la madrugada del jueves santo en un antiguo hotel frente a la iglesia de Santo Domingo.
He escuchado la historia de héroes y mártires libertadores de esclavos, pero no la de los esclavos mismos que antes de ser liberados trabajaban para ellos en sus fincas y haciendas. Por ahí, entre pasillos y corredores me han contado en voz muy baja la doble moral de la ciudad, una moral que censura el discurso de quien no reproduce la historia oficial que cuentan los libros de historia.
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